jueves, 5 de febrero de 2009

enero bajo cero bologna

juan gonzález moras


Solicitantes

Cómo volver del amor,
cómo volver del destierro;

(Cómo se vuelve de caminar las calles
de la palidez o de la insolación)


Cómo salir del adentro
cómo entrar a la tierra del fuego.

(Cómo se vuelven a explicar las noticias
que nos dejaron pájaros o ángeles o vírgenes)


Cuando cada oración cada traición
cada anochecer de los ojos es el día.

Cada canción, el idioma de los solicitantes.



Cosas y vestigios

Cuánto reparar en
innumerables caídas de la luz.
Para después seguir
reparando en lo mismo. Y más,
después crecer creyendo en las
caídas de la luz. En los
ángulos. Los obtusos puntos de vista.

Pero la luz, corazón mío: pero la luz.
Y el color. Y el fantasma de lo descolorido en los ojos.

Cada vez que tu nombre existe;
cada vez que existen los nombres, y cada cosa es.

Los cuerpitos de las algas, como cosas.
Las veces que
pudimos caminar construyendo
andamios por sobre la vida. La alegría
como una cosa, y el placer. La tristeza
como otra cosa. Y el olvido.
Las vidas que nos dejaron
abrazar nuestros brazos. Y caminar nuestros ojos.

Me pregunto: ¿qué fue de tus días
como espiral de latidos, como divergencia, como separación, como antagonismo?


Guardo la notte

Mirando la noche
como a una cosa separada
de las cosas.
Miro la noche como a
la realidad de una espera.
Como la confluencia de la
mirada, fuera del día, en
aquello que no es el
resto de las cosas.

Las pocas luces dejan
adivinar las casas. Y yo invento la noche.
Solo para dejarme también
en un espacio inventado. En la
voluntad. La desmedida. Voluntad.
De ser yo ahora,
también, un invento de tus ojos

que siguen siendo a la distancia.


del poemario "enero bajo cero bologna", inédito.

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